Nuestro sueño consiste, en primer lugar, en mantener una tierra fértil conservada, sin destrucción o contaminación, un territorio asegurado para las futuras generaciones, donde el ecosistema se conserve armónicamente junto al hombre. Además, administrar y gestionar el territorio con un sistema autónomo y duradero que preserve la riqueza de los recursos naturales, socio culturales.